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Es muy común que, en la mente de un ciudadano de a pie, los conceptos de demanda, denuncia y querella resulten casi intercambiables. Sin embargo, no es lo mismo demandar a alguien, que denunciarlo o que querellarse contra él. Tienen implicaciones diferentes y diferencias significativas en sus procesos.

En este artículo te explicamos la diferencia entre demanda, denuncia y querella.

Demanda

Una demanda es un acto procesal que se utiliza en el ámbito civil para iniciar una acción legal. Cuando una persona considera que sus derechos han sido vulnerados o busca resolver un conflicto legal, puede presentar una demanda ante un tribunal civil. El demandante expone sus pretensiones y los hechos que las respaldan, iniciando así un proceso judicial formal. 

El demandado tiene la oportunidad de contestar la demanda, y el tribunal eventualmente emitirá una sentencia para resolver el conflicto.

Denuncia

Por otro lado, la denuncia y la querella se utilizan en el ámbito penal, pero tienen características distintas. La denuncia es una comunicación que cualquier persona puede transmitir a las autoridades sobre un posible delito. No requiere formalidades específicas y puede presentarse de forma oral o escrita. 

El denunciante no está obligado a probar los hechos y no se convierte en parte del proceso penal. Las autoridades competentes deciden si inician una investigación basándose en la denuncia recibida.

Querella

La querella, en cambio, es una acusación formal presentada por la víctima o su representante legal ante un tribunal penal. A diferencia de la denuncia, el querellante se convierte en parte activa del proceso penal. Debe aportar pruebas, puede solicitar diligencias y tiene derecho a recurrir decisiones judiciales. 

La querella se utiliza generalmente para delitos que requieren la iniciativa de la parte afectada y conlleva una mayor participación y responsabilidad en el proceso judicial.

Diferencias entre denuncia, demanda y querella

En cuanto a las diferencias entre estos tres conceptos, es importante destacar que mientras la demanda se utiliza para resolver conflictos civiles, la denuncia y la querella se emplean en el ámbito penal. 

La demanda y la querella requieren cumplir con requisitos formales específicos, mientras que la denuncia puede ser más informal. Además, el demandante y el querellante son partes activas en sus respectivos procesos, mientras que el denunciante no participa directamente en el proceso penal.

Otra diferencia significativa radica en la obligación de probar los hechos. En una demanda, el demandante debe probar sus alegaciones. En una querella, el querellante debe aportar pruebas y participar en la acusación. Sin embargo, en una denuncia, el denunciante no está obligado a probar los hechos, ya que esta tarea recae en las autoridades competentes.

Finalmente, las consecuencias de cada acción son distintas. Una demanda puede resultar en una sentencia civil que ordene una compensación o el cumplimiento de un contrato. Una denuncia puede iniciar una investigación penal, pero no garantiza que se inicie un proceso. Una querella, por su parte, inicia un proceso penal con la participación activa del querellante, buscando la sanción del presunto delito cometido.

¿Cuándo interponer una denuncia, una demanda o una querella?

Cuando se trata de elegir entre una demanda, una denuncia o una querella, todo depende de la situación específica que tengamos entre manos.

Imagina que compras un coche de segunda mano y descubres que te han engañado con el kilometraje. En este caso, una demanda sería lo más apropiado. Podrías demandar al vendedor por fraude para que te devuelva el dinero o te compense por el engaño. Las demandas son ideales para resolver conflictos entre particulares o empresas donde se busca una compensación económica o el cumplimiento de un acuerdo.

Ahora, supongamos que estás paseando por un parque y ves a alguien vandalizando monumentos públicos. En este caso, una denuncia sería lo más adecuado. No eres la víctima directa, pero has presenciado un delito. Al denunciarlo, informas a las autoridades para que puedan investigar y actuar, sin que tengas que involucrarte más allá de proporcionar la información inicial.

Por último, considera un escenario en el que eres víctima de un delito más grave, como una agresión física. En este caso, podrías optar por presentar una querella, de modo que podrías participar activamente en el proceso penal, aportar pruebas y seguir de cerca el avance del caso. Las querellas son especialmente útiles en delitos en los que la participación de la víctima es indispensable para el desarrollo del caso.

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